Las cinco averías más comunes en un piso son grifos que pierden agua, inodoros atascados, roturas de la caldera, humedades y goteras y enchufes rotos.
Teniendo en cuenta que un 16% del total de los hogares están en régimen de alquiler (2,9 millones) ¿quién se encarga de pagar esas reparaciones costosas: el casero o el inquilino?
Las reparaciones necesarias o de conservación son las indispensables para mantener la vivienda en uso y las impuestas por las autoridades. Son obligatorias para la propiedad siempre que la causa no sea provocada por un mal uso del inquilino. “Si el propietario no realiza esas reparaciones, el inquilino tiene tres opciones: ponerlo en conocimiento del arrendador para que lo repare en el momento en que se produce el siniestro o la avería; realizarlas él mismo previa notificación al propietario; o resolver el contrato si ha cumplido con sus obligaciones y el propietario no repara”.
Por otro lado, el mantenimiento de la vivienda y las pequeñas reparaciones le corresponden al inquilino. Es decir, todo aquello que se estropee por el uso diario.
La cuestión es que la ley no especifica claramente qué se considera pequeña reparación, por lo que los tribunales han establecido dos criterios:
Uno es la duración del contrato: si se estropea algo en los primeros meses de estancia del inquilino, lo repara el propietario. Después ya se presume que se ha producido un mal uso.
El otro criterio es que el coste de dicha reparación no supere los 150 euros, aunque en otras sentencias se establece que el coste no supere el 50% de valor del bien nuevo.
¿Qué paga el propietario?
¿Qué paga el inquilino?
Al detectar las necesidades de asesoramiento y asistencia legal de los inquilinos, algunas compañías han diseñado un producto específico para inquilinos que les ayude a defender sus intereses. Normalmente se trata de una póliza de defensa jurídica que ofrece asistencia en la revisión y redacción de contratos y documentos relacionados con el alquiler de la vivienda habitual, como las comunicaciones relacionadas con obras, reparación y mantenimiento del piso, ruidos, subida del alquiler, entrega de llaves, etc. y tiene cubierta la defensa y reclamación de los términos del contrato. Además, algunas incluyen la garantía de adelanto de la fianza en los casos en los que el propietario no la devuelva.